Se entiende por brutalidad policial el uso excesivo, principalmente de la fuerza física, pero también de los ataques verbales, hostigamiento, intervenciones y asaltos en situaciones que no lo justifican y, en general, diferentes manifestaciones de abuso de autoridad por parte de los uniformados miembros de la institución policial.

En Colombia, el uso de la fuerza excesiva por parte de la policía, ha sido una constante en coyunturas de protesta social. Instituciones como HRW han calificado de gravísimos los abusos cometidos por los distintos cuerpos de la policía durante manifestaciones pacíficas y otras formas de legítima expresión y protesta social, derivando en graves vulneraciones a los derechos humanos.

Solo durante los dos primeros meses del Estallido Social del 2021, distintas ONGs denunciaron más de mil doscientos casos de brutalidad policial. Lo escandaloso de las cifras y los hechos, muchos de ellos transmitidos en vivo por redes sociales, han convertido en un clamor popular la necesidad de una reforma profunda en la institución.