Aunque es difícil obtener cifras unánimes sobre impunidad en el país, diferentes estudios nacionales e internacionales sitúan los índices en Colombia en cifras que hablan del 94% para las investigaciones que más alarma generan o cercanas al 50% en los estudios más conservadores.

La impunidad implica, entre otras muchas cosas, que gran parte de los delitos que se comenten en el país no sean si quiera investigados. Para el caso de asesinatos y homicidios, la impunidad imposibilita que se conozca el porqué de miles de asesinatos y que se establezca la identidad de los victimarios.

Los rostros y las historias de vida de las que se hace eco el museo que aparecen en esta categoría, responden a casos sobre los que todos los indicios apuntan al Estado mediante sus distintas fuerzas del orden, al Conflicto Armado, a crímenes de odio o alguna de las otras categorías precedentes, pero que, precisamente por permanecer impunes, hacen imposible aún señalar una causa o un victimario exacto.