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Artistas y obra

ARTISTAS Y OBRA

La irrupción del arte urbano en Colombia se sitúa en los años 80 como una manera de expresión social de protesta. Si bien ya en los 70 se registran algunas manifestaciones relacionadas con el grafiti, especialmente de escritura y en escenarios universitarios, es en los años 80 cuando el arte urbano hace presencia definitiva en las calles principalmente de tres ciudades: Bogotá, Medellín y Cali.

Poco a poco, ya a lo largo de la década de los 90, el arte urbano toma fuerza y comienza a hacerse visible con otras manifestaciones: cartelismo, murales, esténcil… Si bien durante la última década del siglo XX y la primera del XXI se siguió viendo por la ciudadanía y las autoridades como una actividad vandálica y proscrita, y para los artistas era aún una expresión clandestina no exenta de riesgos.

Esta realidad tiene su punto de inflexión en el año 2011, cuando, tras el asesinato por parte de la policía del adolescente Diego Felipe Becerra mientras dibujaba un gato Félix en un puente de Bogotá, se pone de manifiesto la necesidad de conversar sobre la concertación de espacios para el arte urbano en la ciudad.

Con el Decreto 075/2013 el gobierno de Bogotá reconoce el grafiti como una manifestación artística y surgen espacios de diálogo como las llamadas mesas del grafiti en cada localidad de la ciudad.

Hoy Bogotá no sólo es un destino infaltable en cualquier listado sobre las mejores ciudades para ver grafiti en el mundo, sino que según cifras del Instituto Distrital de las Artes -IDARTES, en 2019 existían casi 8.000 artistas y colectivos en la capital de Colombia.

Tras Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, son las ciudades del país con una escena más fuerte de artistas urbanos.

El siguiente paso parece estarse dando hacia el terreno de la inclusión, pues, hasta la fecha, más del 80% de las obras que podemos encontrar en las calles, están firmadas por hombres.