Daniel Pesca
FALSOS POSITIVOS
Daniel Andrés conducía un taxi de 6 de la mañana a 6 de la tarde. Su esposa Kelly recuerda que en su tiempo libre disfrutaba ver películas en casa con ella y sus hijos de 7 y 3 años. Estaba ensañando a montar bicicleta a su hija mayor. Cuando Kelly viajó a identificar sus restos, el sepulturero de Cimitarra le contó que el cuerpo de su esposo lo habían llevado unos militares que aseguraban era un guerrillero y estaba por la zona para secuestrar un ganadero. ”Aquí matan civiles. Es el pan de cada día”, fueron las palabras que escucho en el cementerio del pequeño pueblo en Santander.